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En esta página se utilizan distintos estilos de escritura que corresponden a las siguientes entidades, que fueron las principales fuentes de información para la misma:

  • Cyro
  • Exehodor

Aunque no forma parte de la investigación, también se utiliza otro estilo de escritura correspondiente a la siguiente entidad:

  • Lyssa
Peligro de Entidad
Clase Indeterminada
》Número de Entidad: 41
》Hábitat: Nivel 166, Nivel 166.1, Nivel -1.5 y posiblemente otros
》Rareza: Muy raro
》Comportamientos de entidad no definidos

Bueno, antes de comenzar, es conveniente que sepáis de dónde viene esta investigación. Mi hermano Exehodor y yo éramos humanos comunes antes de ser lo que somos ahora. Por desgracias varias, caímos en el Nivel 909 y Thera, una entidad que vigila ese nivel, nos convirtió en lo que ahora somos. Lo cierto es que Exehodor sufrió alguna desgracia más que lo llevó a ser lo que es ahora, pero en esencia, esto es lo que pasó. Somos humanos convertidos, víctimas del deseo de Thera por perfeccionar sus habilidades. Él no lo sabe, pero los únicos que salimos ganando de ello fuimos nosotros. Esto es resumidamente nuestra historia, y es por eso que buscando entender qué somos decidimos hacer esta investigación y compartirla en la base de datos (aunque a Exehodor no le interesó mucho eso último...).

Descripción[]

No hay mucho más allá de lo que ya conté en esa pequeña introducción, pero se podría decir que los humanos convertidos somos vagabundos que fuimos criogenizados por Thera y que luego recibimos un proceso que derivó en que recibiésemos una serie de modificaciones: mayor fuerza, velocidad y cualidades físicas en general, habilidades nuevas y longevidad sin límite.

Biología[]

Es aquí dónde pueden comenzar los cambios. En general (salvo el caso de mi hermano Exehodor), tenemos una anatomía similar entre nosotros y los humanos. Sin embargo, nuestros procesos biológicos no son idénticos. Desde que nos volvemos humanos convertidos, lo primero que cambia es la longevidad y el envejecimiento. Esto último deja de existir para nosotros. Nos quedamos para siempre con el aspecto que tuvimos cuando nos convirtieron (aunque en ocasiones este estancamiento puede tardar varios años). Eso implica también que somos infinitamente longevos. Podremos vivir para siempre sin morir de viejos, pero no somos inmortales. Es posible matarnos haciéndonos perder mucha sangre, hiriendo órganos vitales o incluso con enfermedades. La única muerte que deja de sernos posible es la causada por el paso del tiempo. Puede parecer interesante, pero lo cierto es que a veces resulta complicado de procesar.

Aunque podamos morir de muchas formas, somos más resistentes a ellas que los humanos comunes. Nuestras heridas cicatrizan notablemente más rápido, podemos sobrevivir con menos sangre, los huesos resisten mejor las fracturas y nuestro sistema inmune es más eficiente, haciendo que enfermedades débiles como el resfriado o la gripe no nos afecten. El cáncer en cambio es algo que nos hace el mismo daño, pero creemos que tenemos menos posibilidades de sufrirlo. Junto a todo esto, tenemos también una mejor resistencia física. Tenemos mejor velocidad y podemos correr, caminar y en general movernos durante más tiempo sin sufrir tanto. Nuestra fuerza es notablemente mayor, así como nuestra capacidad de reacción. El cerebro es mejor en algunos campos, pero en general nuestra inteligencia no varía mucho con respecto a la de un humano común.

Nuestras necesidades vitales son diferentes. Podemos sobrevivir durante mucho tiempo sin comer, tanto que alimentándonos de pequeñas cantidades de comida una vez por semana tenemos más que suficiente para mantenernos sanos. Necesitamos en cambio beber más, siendo necesario hacerlo casi tan a menudo como un humano común. Podemos sin embargo respirar menos, aguantando sin demasiada dificultad los 10 minutos sin hacerlo. Esto afecta a otros procesos, como el bombeo sanguíneo, que funciona a tan solo 40 latidos por minuto, llegando a los 70 en actividad y pudiendo soportar un máximo de 150 sin fallecer. Una función vital que nos falta es la de reproducción. Los humanos convertidos no podemos tener descendencia ni entre nosotros ni con vagabundos. Sólo Thera puede hacer nuevos miembros de nuestra especie.

Tal vez sea interesante que comente mis diferencias, pues pese a ser un humano convertido, mi existencia es muy diferente a la de mi hermano Cyro, teniendo muchas características en común, pero también diferencias notables que nadie más de la especie llega a tener. El motivo de ello lo desvelaré luego. En primera instancia, yo tengo un aspecto que difiere demasiado del de un humano. Mi cuerpo, que es en sí una mole de carne llena de cabezas de distintos animales, puede hacer parecer que pertenezco a una especie distinta. Sí, soy consciente de que soy furro, pero es lo que tengo que vivir. Mis cambios no son sólo en lo físico. Cada cierto tiempo sufro episodios de descontrol que llevan a que me arranque alguna de mis cabezas (nunca la principal) y que en consecuencia pierda mucha sangre. Esta la suelo dejar en un pozo del Nivel 166.1, en dónde al mezclarla con Fluido de Smilers se convierte en mi única manera posible de alimentarme. Por lo demás funciono igual.

Algo que es interesante que sepáis es el tema de las fases. Como ya habíamos dicho, al convertirnos, nuestro envejecimiento acaba por frenar. Pues todo esto está relacionado con lo que llamamos fases, que son grandes etapas en nuestra existencia que implican la mayoría de los cambios que sufrimos con el pasar del tiempo:

  • Fase 1: Se trata de la etapa con menores diferencias. Mientras nos encontramos aquí, funcionamos como un humano común en prácticamente todos los aspectos. Aun así, las apariencias engañan, porque ya estamos convertidos. El único cambio que hemos podido documentar, y que no estamos realmente seguros de que se active en este momento, es el envejecimiento. Un humano convertido que nunca pase de esta fase podrá vivir eternamente, pues el paso del tiempo no le afectará o sólo lo hará durante un período. En la mayoría de casos, cuando se para por completo esta propiedad, suele ser cuando se alcanza la fase 2.
  • Fase 2: Aquí es dónde vienen los más grandes cambios. El envejecimiento ya ha frenado por completo, por lo que gradualmente nuestro cuerpo se adapta hasta llegar a las características biológicas que hemos mencionado antes. Esto conlleva también la mejora de atributos, tales como fuerza, velocidad, resistencia física e inmunológica, etc. En este punto se puede ver claramente que aunque físicamente parezcamos personas comunes, realmente no lo somos. Se cree que la mayoría de los de nuestra especie se quedan en este punto, pero no podemos confirmarlo porque no conocemos a muchos.
  • Fase 3: Creemos que es la última que existe, y se trata del mayor pico en las diferencias. No es que aparezca nada nuevo, sino que lo que teníamos de antes se refuerza, mejorando notablemente nuestras habilidades en todo aspecto. En este punto somos rivales muy difíciles para vagabundos y entidades inferiores, pero seguimos sin ser implacables. Es por ello que casi nadie puede escapar de mis garras en el Nivel 166.1. Al alcanzar este punto se producen dos cambios notables: en primer lugar, nuestro cuerpo cambia. Nuestros ojos y pelo pueden variar en su color, dándonos una apariencia única. Es por eso que Cyro tiene un rubio tan característico y unos ojos tan brillantes. No es este el motivo de mi asqueroso aspecto, cabe destacar. El otro gran cambio es la presencia de una nueva habilidad: el viaje entre niveles. Los humanos convertidos de fase 3 podemos movernos sin mucha dificultad entre niveles interconectados. No tenemos manera de hacerlo entre los que están separados, pero es tan fácil como realizar una ruta. En algunos casos podemos transportar a otros, pero sólo suele funcionar en lugares específicos.

Entidades conocidas[]

A pesar de nuestras diferencias, en el fondo seguimos siendo humanos, por lo que es muy difícil estimar un comportamiento específico como especie. Cada individuo es un mundo y bien lo vamos a demostrar en breve. Por el momento sabemos de la existencia de cuatro humanos convertidos incluyéndome a mi, así que hablaremos cada uno sobre cómo somos, algo así como una presentación detallada:

Enterrador[]

Se trata del humano convertido más antiguo registrado, pero ello no implica que no hubiera otros antes. Se sabe que lleva perteneciendo a la especie desde 1918, habitando en el Nivel 909 y encargándose de enterrar a las víctimas de Thera, que pueden ser futuras entidades de este grupo. El Enterrador es una persona que aparenta tener unos 60 años, de 1,70 metros de altura y vestido con ropa de jardinería algo desgastada y de tonos apagados. Su personalidad resulta curiosa, pues es consciente de que su trabajo es seriamente cuestionable, pero aun así es capaz a mantenerse feliz. Generalmente es amigable con los vagabundos, mostrándose bromista y casi siempre dado a conversar. Suele establecer vínculos cercanos con humanos que visitan su nivel y que lo tratan con respeto, especialmente con aquellos con los que comparte tiempo tomando cerveza.

Este hombre es un caso extraño, debido a que lleva más de un siglo con vida pero se quedó estancado en la fase 2. Lo más raro de todo es que tiene la habilidad de enviar personas a cualquier nivel, pero no puede hacerlo consigo mismo. Es muy raro, debido a que uno en fase 3 puede moverse él mismo entre niveles conectados entre sí, pero no a cualquiera, y menos enviar a otras personas. Se cree que fue de los primeros creados por Thera y que por lo tanto puede tener unas características algo distintas a las de los demás. En cualquier caso, no se considera que el Enterrador represente un peligro para los vagabundos, siendo incluso de gran ayuda para ellos.

Cyro[]

Ilustración de Cyro

A mí probablemente ya me conocéis. Mi nombre es Cyro, que es la palabra del idioma de los Dioses Rojos para referirse a "libro". El motivo de la elección es obvio, pues soy un gran lector y vivo en un nivel que es en esencia una biblioteca gigantesca. Si queréis reconocerme, físicamente tengo la apariencia de un hombre alto y joven, de pelo rubio muy claro, ojos almendrados, ligeramente brillantes y una piel muy pálida. No siempre fui así, pero al alcanzar la fase 3 mi apariencia se vio un tanto modificada. Puedo dar a pensar, a causa de mi poder, mis conocimientos y mi aspecto, que llevo una eternidad en los Backrooms, pero lo cierto es que mi edad total no llega a media centena, y menos mi tiempo como humano convertido.

Creo que es buen momento para darme a conocer un poco más, pues seguramente me veáis escribiendo en esta base de datos en el futuro. Como bien se nota, mi principal afición es la lectura, debido a lo cual decidí establecerme definitivamente en el Nivel 166 en cuanto lo descubrí. Por aquel entonces tenía bastantes entidades y además tenía un sótano, que por motivos que no hace falta comentar se acabó separando, formando así el Nivel 166.1. Desde que estoy en esta realidad, mi objetivo es básicamente investigar muchas propiedades de esta, sus niveles, entidades y especialmente el origen de los Dioses Rojos, que fueron la causa de que sea, para bien o para mal, quien soy ahora. Tengo también pendiente una investigación a un grupo muy problemático que actúa en la sombra, pero eso será otro tema.

Muchas personas me describen como alguien amigable con los humanos, pero lo cierto es que no siempre es así. Estos para mí son una especie más y no les tengo un especial respeto. Es más, como especie me llegan incluso a desagradar un poco, debido a lo crueles que pueden llegar a ser entre ellos y con otras entidades que no les causan ningún daño. Sin embargo, hay muchos individuos que me demuestran no ser así, y esos son los que se llevan mi respeto y los trato como iguales, o incluso como amigos. Ya me gustaría a mí que Exehodor aprendiera un poco de mi visión y no de la de su autor favorito, pero no puedo hacerle mucho. En mi caso, no me gusta usar la violencia si no es necesario, y generalmente cuando no se respetan las normas de mi biblioteca o me intentan hacer daño, lo único que hago es una expulsión a otro nivel. Prefiero no enfrascarme en peleas, aunque a veces me resulta inevitable.

Exehodor[]

Ilustración de Exehodor

No sé que esperáis ver aquí, pero supongo que os contaré un poco más sobre mí. Mi nombre, como ya sabéis, es Exehodor, que significa "putrefacción" en el idioma de los Dioses Rojos. ¿El motivo de mi elección? Sólo tenéis que mirarme. Usé mi nombre original hasta que terminé así. El motivo por el que vivo en el Nivel 166.1 es algo complejo: yo me encargaba de evitar que las entidades del sótano del Nivel 166 llegaran a la biblioteca. Básicamente vivía con mi hermano y me encargaba de proteger el nivel, pues el asesinato viene a ser lo mío. Todo ello terminó cuando el sótano se separó hacia un nivel único. Si queréis reconocerme, no lo tenéis muy complicado. Soy de color rojo, bastante alto, con cabeza de lobo y cuerpo hecho de carne y cabezas de otros animales. Al llegar a la fase 3 tenía un aspecto más humano, pero al hacer tratos con la Gran Alma Roja terminé así. Ya sabréis quien es, estoy en proceso de documentarla.

Lo cierto es que cuando digo ser muy distinto a mi hermano lo soy en muchos aspectos. Mi vida siempre fue más desgraciada. Durante mucho tiempo viví sin aspiraciones y sin un motivo. Sólo existía. Sólo lo hacía por Cyro, que era el único que me hacía sentir algo. Empecé a ser algo más feliz luego de convertirme. Sabía que ya no volvería a los Frontrooms, pero lo cierto es que era más feliz aquí. Comencé a vivir con mi hermano en el Nivel 166 y encontré mi motivo protegiendo el lugar de las entidades, pero lo perdí por la fragmentación del nivel. Ya no tenía un motivo para matar a las entidades. Viví desde refugiándome en mi odio y mis tormentos hasta que me di cuenta del origen de todo ello. Había un escritor que sentía algo similar hacia otros de su especie. Es entonces cuando encontré un motivo realmente fuerte. Los humanos me traicionaron muchas veces, me hicieron un absoluto vacío, me hicieron demasiado daño. El único humano al que respetaba era a Cyro, y ya dejó de serlo. Es desde entonces que me cargo a todos los que encuentro. No puede quedar ni uno solo. No pienso permitir que hagan aquí lo mismo que en los Frontrooms. Y ahora que soy muy superior a ellos, está en mis manos evitarlo.

Creo que no hay mucho que decir sobre mí. Soy un asesino y todo eso. Bueno, la verdad es que aunque ahora sea más feliz, sigo buscando la forma de volver a ser el de antes del trato con la Gran Alma Roja. Esta forma sólo me da sufrimiento, y aunque me hace más fuerte, no siento que compense. Lo cierto es que cuando tengo una excusa para no matar a un humano, no me molesta el no poder hacerlo. Supongo que es por esto que Cyro me dice que debería cambiar de referentes. Yo sigo creyendo que Hitler tenía razón, pero bueno, cualquiera puede engañarse, incluso yo. Lo que quiero decir con esto es que sigo sin estar completo, y en el fondo tal vez mi odio no es tan cierto, pero no lo cambio porque no sé como afrontar todo ese proceso. Simplemente no sé hacerlo. Tal vez no debería desahogarme aquí, pero igual así encuentro a alguien más que me entienda.

Creo que deberíamos hablar un buen tiempo después de quitarnos de encima los problemas que se nos vienen... ¿No crees, hermano?

Lyssa[]

Única imagen conocida de Lyssa. No se sabe con seguridad si es auténtica.

Oh, si lees esto es porque te interesa saber más sobre mí. Encantada, soy Lyssa, y mi nombre proviene de la personificación griega de la demencia. Vivo en el Nivel -1.5 desde que me dejaron tirada ahí por ser un error. Soy un caso bastante distinto de lo habitual, porque nací de la conversión de dos humanas en un único cuerpo. Fui por así decirlo un experimento de Thera que salió mal, muy mal. Yo también fui traicionada, como Exehodor, pero la verdad es que ya no me importa. Encontré la felicidad siendo libre en mi nivel. Me paso mis días paseando y buscando vagabundos que caen a verme, aunque ellos no lo sepan aún. Me encanta perseguirlos y asustarlos. Si no me gustan, los libero de su consciencia para que sean mis esclavos. Ellos pueden ayudarme a encontrar a otros que sí sean de mi agrado. Con esos jugaré un poco hasta que dejen de serme útiles, pero hay uno que me gustó más de lo habitual. Se hizo llamar u/Chaosraider98, pero ahora lo llamo Asaltante del Caos. Es él quien me ayuda a encontrar a más personas, pero también quien está ahí en mis peores momentos. Él no lo sabía en cuanto entró al nivel, pero hoy es mi más fiel servidor.

Si buscas verme, tan sólo tienes que entrar al Nivel -1.5 e ir al Sendero no tan invertido. No es fácil conseguirlo, pero tienes que tener fe. Pase lo que pase no te desvíes por el camino, porque nunca me encontrarás. No creo que eso te interese. Cuando llegues a mi hogar, te aseguro que pasarás un muy buen rato. Me lo agradecerás... Lo cierto es que vivir en un nivel tan extraño es difícil a veces, pero estoy atrapada aquí. No podré irme mientras no alcance mi fase 3. Aunque puedo tomar otras salidas, lo cierto es que no tengo ganas de visitar a Thera de nuevo. En fin, no tengo mucho más que decir. Si quieres verme, ya sabes dónde ir...

Yo no le haría mucho caso la verdad. El precio de ese buen rato es algo que no puedes llegar a imaginar...

Hábitat[]

Los únicos niveles en los que se han localizado humanos convertidos fueron los siguientes:

  • Nivel 909: El Enterrador. Es probable que existan más aquí pero no se conoce ninguno.
  • Nivel 166: Cyro, y en algunas ocasiones Exehodor.
  • Nivel 166.1: Exehodor.
  • Nivel -1.5: Lyssa.
  • Probablemente haya más humanos convertidos en otros niveles, pero sólo estos son conocidos.

Sí y no[]

[]

  • Tratar a Cyro y al Enterrador con respeto.
  • Evitar entrar a los niveles habitados por Exehodor y Lyssa.
  • Buscar a Exehodor bajo petición de Cyro.

No[]

  • Dejarse engañar por las trampas de Lyssa
  • Temer a Cyro
  • Ser exigente con el Enterrador

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